Hospitales

Hospitales de Madrid durante la Edad Media.
1: San Lázaro. 2: Campo del Rey. 3: Real de la Corte. 4: Santa Catalina de los Donados. 5: La Latina.


HOSPITAL DE SAN LÁZARO

El licenciado Quintana llegó a ver las ruinas de este hospital para leprosos, sifilíticos y otros enfermos contagiosos e incurables, que se localizaba «en saliendo de la Puerta de la Vega a mano izquierda, como se baxa a la Puente Segouiana fuera de los muros»: esa zona se conoció como alto sano o altozano, y es la ocupada actualmente por los jardines en rampa de la Cuesta de la Vega. Aparece señalado con el número 30 en el plano de Frederic de Wit de 1635. Era un establecimiento muy frecuentado por el pueblo, sobre todo los viernes de Cuaresma, «por las grandes indulgencias que se ganauan visitándole».

La tradición hace remontar sus orígenes hasta tiempos de la dominación musulmana, pero la mención documental más antigua es de 1486, aunque referida a la ermita de igual denominación que allí había. El secretario Francisco Ramírez le otorgó en su testamento de 1499 una limosna de 2.000 maravedís. En 1587 desapareció como hospital, reduciéndose -junto al del Campo del Rey- al de Antón Martín; en ese momento tenía tan solo siete camas. Siguió existiendo como refugio de mendigos y delincuentes hasta 1609.


HOSPITAL DEL CAMPO DEL REY

Según la crónica de Quintana, este hospital ya existía en 1421, pues ese año el rey Juan II y su esposa María de Aragón fundaron en él la Hermandad de Nuestra Señora de la Caridad, que tenía por fin enterrar a «los que se hallan muertos por las calles y en el canpo y los ajusticiados», y casar tres huérfanas cada año, dotándolas con 23.000 maravedís de dote. Es probable, no obstante que aquél no fuera propiamente hospital sino institución benéfica, pues hay noticias ciertas de que en 1483 el Concejo proporcionó a Garci Álvarez de Toledo, abad de Santa Leocadia y obispo de Astorga, «para un espital que haze en esta Villa», un solar «ques de un judío».

El hospital estuvo situado cerca del alcázar, donde las posteriores Caballerizas Reales, y tenía «doze camas donde se curauan mugeres solamente con mucha caridad y regalo». Existió hasta 1587, en que se redujo al hospital de Antón Martín, trasladándose la cofradía a la iglesia de Santa Cruz; posteriormente, el edificio fue demolido. En el momento de la reducción contaba con ocho camas.


HOSPITAL REAL DE LA CORTE

Fue de nuevo Jerónimo de Quintana -y luego León Pinelo, siguiéndole- quien otorgó mayor antigüedad a este hospital situado en la Puerta del Sol, entre la confluencia de la calle de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo. Según el licenciado, «fue al principio humilladero algo desuiado de la puerta de Guadalaxara», sobre el cual se fundó después el hospital, a resultas de la gran peste de 1438, durante el reinado de Juan II.

Podría ser más exacta, sin embargo, la atribución que propuso Gil González Dávila en favor de los Reyes Católicos (¿1484?), los cuales, «considerando las incomodidades que pasarían los soldados que enfermaban en su Corte y Criados inferiores de su Casa y los pretendientes que la seguían», habrían fundado un hospital itinerante «que fuesse mouible y se pudiesse lleuar a la parte y lugar donde su Magestad residiesse»; posteriormente, habría sido Carlos I quien en 1529 (mediante Bula de Clemente VII de 28 de enero) lo habría establecido ya de forma definitiva en Madrid, en el emplazamiento dicho y junto a una pequeña ermita dedicada a San Andrés.

El hospital habría terminado de construirse en 1561, mientras que la iglesia se finalizó en 1607; en ella se veneraba una imagen de la Virgen del Buen Suceso. No quedó afectado por la reducción de hospitales de 1587, pues «donde quiera que fuera la Corona, este hospital va con ella». Hospital y templo fueron demolidos en 1854 para poder acometer la reforma de la Puerta del Sol.


HOSPITAL DE SANTA CATALINA DE LOS DONADOS

Fue fundado en 1460 por Pedro Fernández de Lorca, secretario y tesorero de Juan II y Enrique IV, en unas casas y viñas que eran de su propiedad, para que en él «se recogiessen doze hombres honrados, a quien la demasiada edad quitó las fuerças de poder ganar su sustento, y la fortuna los bienes tenporales con que adquirirle». Todos iban vestidos «vniformemente con vnos mantos, vecas y caperuças de paño pardo; y quando salen es de dos en dos». Quedó bajo la advocación de Santa Catalina y el patronazgo del prior del convento de San Jerónimo.

Estaba situado al final de la calle del Arenal, en una barranquera; dio nombre a la calle y plaza contiguas. Fue uno de los hospitales respetados en la reducción general de 1587, gracias a que tenía renta suficiente y a que atendía a personas que no habrían podido ser acogidas en otro establecimiento similar. En 1917 se construyó en su lugar el oratorio del Santo Niño del Remedio.


HOSPITAL DE LA LATINA

Este hospital, denominado inicialmente de la Concepción de Nuestra Señora, fue fundado por Francisco Ramírez el Artillero sobre los terrenos y casas aportados al matrimonio por su primera esposa Isabel de Oviedo, y consta que ya se había comenzado a construir en 1499. Muerto Ramírez dos años después en Sierra Bermeja, será su segunda esposa Beatriz Galindo la Latina quien se encargue de concluir el edificio, fundando también junto a él un monasterio de religiosas franciscanas bajo la misma advocación de la Concepción: muy pronto (al menos desde 1520) se le comenzó a conocer popularmente como hospital de La Latina. Fue obra del alarife mudéjar maestre Haçan.

El hospital atendía a «doze enfermos seglares, y en sala aparte seis Sacerdotes o personas de calidad, siendo seruidos con (...) cuidado, regalo, costa y limpieza (...). Demás desto se sustentan en él, assí en salud como en enfermedad, cinco beatas, personas de mucha aprouación y virtud, que acuden al adereço de la ropa blanca de los pobres, y a darles de comer por su orden». Disponía de rector (entre 1603 y 1644 lo fue el licenciado Jerónimo de Quintana), capellán, enfermero mayor y ayudante, médico, boticario y panadera. Su iglesia era capilla mayor del monasterio contiguo. No le afectó la reducción general de 1587 por estar prácticamente incorporado al convento.

El hospital y convento de La Latina a principios del siglo XIX (Revista Villa de Madrid, nº 53).

El hospital fue derribado entre 1904 y 1907, para ensanchar la calle de Toledo, al tiempo que se reconstruyó el convento. De él sólo se conservan estos dos elementos:

- Portada original, fechada en 1507. Es uno de los escasos ejemplos de plateresco que se conservan en Madrid. Se encuentra desde 1960 en la Ciudad Universitaria, junto a la entrada de la Escuela Superior de Arquitectura. Construida en piedra caliza, está compuesta por un arco ojival, alfiz rectangular, ventana superior y jambas de granito. Queda adornada por un grupo escultórico que representa el abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada, flanqueado por sendas esculturas de San Francisco y San Onofre, y por los escudos de armas de los Ramírez y los Galindo.

- Balaustrada gótica de la escalera, labrada en piedra caliza con dos tramos. El pasamanos tiene los laterales labrados y se asienta sobre dos arquerías de arcos ojivales; los tramos se unen mediante arcos compuestos con columnillas adosadas y remate en pináculo. Se encuentra en el interior de las casas que fueron de Álvaro de Luján (antigua sede de la Hemeroteca Municipal, acogen hoy la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas), en la Plaza de la Villa.


 

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